Guionista, director de cine y de teatro, actor o realizador son solo algunas de las facetas que definen a Narciso Ibáñez Serrador (4/07/1935 – 7/06/2019), una de las figuras más importantes de nuestro país y creador de programas tan míticos e influyentes como Un, dos, tres… o Historias para no dormir y películas de culto como ¿Quién puede matar a un niño?, La Residencia o La culpa.
Siendo una persona polifacética y creativa, se cría en el teatro gracias a su madre, lo que le despierta el interés por contar historias. Sus comienzos se remontan a 1957, donde da sus primeros pasos escribiendo novelas radiofónicas y su primera obra teatral, Obsesión, que firma bajo el seudónimo de Luis Peñafiel. Tras un breve paso por la televisión argentina de la mano de su padre, decide volver a España, donde comienza a trabajar en TVE.
A partir de 1966, el nombre de Chicho Ibáñez Serrador cambia la forma de hacer televisión en España y empieza a abrirse paso en el panorama internacional gracias a sus célebres Historias para no dormir, una serie de terror que alcanzará fama mundial cuando uno de sus episodios, El Asfalto, consigue la Ninfa de Oro al mejor guion televisivo en 1967. Repetirá este galardón el año siguiente con Historia de la frivolidad, con el que además gana el Rose d’Or y con la Targa d’Argento, convirtiéndose así en el show televisivo más laureado de la historia de España.
Es ya en 1970, con este bagaje a sus espaldas, cuando decide crear Prointel S.L., la primera productora independiente de televisión en España, desde la que en 1972 crea Un, dos, tres…responda otra vez, un programa que influirá en varias generaciones durante casi treinta años, reinventando la manera en la que se hace televisión. Combinando diferentes elementos de los concursos de preguntas que se realizan en la época, Chicho consigue unificarlos todos en un solo programa, donde la tensión, el humor, los espectáculos y las sorpresas están garantizados. Tal es el éxito de Un, dos, tres… responda otra vez, que llega a reunir 24 millones de espectadores semanales y se exporta a países como Portugal, Alemania, Países Bajos y Reino Unido, donde cosecha también millones de espectadores.
Su paso por el cine, aunque más corto, no fue menos influyente. Tanto La residencia como ¿Quién puede matar a un niño? o La Culpa son películas a día de hoy consideradas de culto y aclamadas por la crítica, presentando historias originales e inquietantes de una forma que solo Chicho podía hacer.
Revolucionario hasta el final, en su última etapa televisiva crea programas como Waku Waku, Hablemos de sexo, El semáforo o Memoria de elefante.
En sus últimos años recibe el Premio Nacional de TV que le otorga el Ministerio de Cultura en 2010, y el Goya de Honor en 2019.